El impacto de una guerra tradicional entre China y Estados Unidos en el sector tecnológico global
Una guerra tradicional entre China y Estados Unidos —dos de las mayores potencias económicas y tecnológicas del mundo— no solo sería catastrófica en términos de vidas humanas y geopolítica, sino que también afectaría gravemente a la industria tecnológica global. Los efectos se extenderían a las cadenas de suministro, la innovación, la infraestructura de internet, los semiconductores, la inteligencia artificial e incluso la ciberseguridad. A continuación, un análisis detallado de lo que un escenario así podría significar para el mundo tecnológico.
Contexto actual de la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China
Desde 2017, Estados Unidos y China han librado una intensa competencia tecnológica que incluye aranceles, controles de exportación y restricciones para dominar tecnologías futuras como los semiconductores y la inteligencia artificial. Estados Unidos ha impuesto sanciones y controles de exportación para limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas de fabricación de semiconductores, por temor a su uso con fines militares. China, en respuesta, ha impulsado la autosuficiencia tecnológica y la innovación, subvencionando considerablemente su industria nacional de semiconductores y logrando avances significativos a pesar de las sanciones estadounidenses.
A pesar de estas tensiones, ambas economías siguen siendo profundamente interdependientes, especialmente en la fabricación de productos electrónicos. Por ejemplo, casi el 30 % de las exportaciones estadounidenses de maquinaria para la fabricación de semiconductores se destinan a China, y muchas importaciones estadounidenses de productos electrónicos procedentes de terceros países contienen importantes componentes chinos.
El impacto potencial de una guerra tradicional en el mundo de la tecnología
- Disrupción de las cadenas de suministro globales
El impacto más inmediato sería el colapso de las cadenas de suministro globales. Tanto China como Estados Unidos desempeñan un papel clave en la fabricación y el ensamblaje de productos tecnológicos.- Porcelanaes el centro de fabricación de productos electrónicos más grande del mundo, responsable de producir componentes y productos finales para empresas como Apple, Huawei, Dell y más.
- Estados UnidosDiseña y vende procesadores, software e infraestructura en la nube de alta gama. Una guerra probablemente cerraría puertos, restringiría las rutas comerciales y detendría la producción de componentes críticos como componentes para teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, equipos de red y más.
- Aceleración del desacoplamiento y la fragmentación
La actual guerra tecnológica ya amenaza con fragmentar el ecosistema tecnológico global en esferas competitivas dominadas por Estados Unidos o China. Una guerra tradicional aceleraría esta disociación, obligando a países y empresas a elegir bando o a desarrollar cadenas de suministro independientes, lo que incrementaría los costos y reduciría la eficiencia de la innovación. - Sofocación de la innovación y la colaboración
La colaboración científica y tecnológica entre ambos países cesaría de forma efectiva, lo que limitaría el intercambio de ideas y frenaría el progreso tecnológico global. Se intensificarían las restricciones al intercambio de talento, las empresas conjuntas y las colaboraciones de investigación. - Aumento del uso militar de la tecnología
La difuminación de los sectores tecnológicos civil y militar en China, que ya preocupa a Estados Unidos, probablemente se profundizaría. Ambos países priorizarían las aplicaciones militares de tecnologías avanzadas como la IA, los semiconductores y la computación cuántica, lo que podría desviar recursos de la innovación civil. - Consecuencias económicas globales
El sector tecnológico es un motor clave de la economía global. Las perturbaciones causadas por la guerra se propagarían a otras industrias que dependen de la electrónica y la tecnología, lo que provocaría inestabilidad económica y una ralentización del crecimiento mundial. - Cambios estratégicos a largo plazo
Es probable que ambas naciones incrementen sus inversiones en el desarrollo de tecnología autóctona para reducir su dependencia mutua, impulsando una nueva era de nacionalismo tecnológico. El énfasis de China en la autosuficiencia y la Ley CHIPS de Estados Unidos para impulsar la producción nacional de semiconductores son ejemplos de esta tendencia ya en marcha.
Conclusión
Una guerra tradicional entre China y Estados Unidos tendría consecuencias devastadoras para la industria tecnológica global. Más allá del costo humano, fracturaría internet, frenaría la innovación, destruiría las cadenas de suministro y forzaría una nueva Guerra Fría tecnológica. Si bien se espera que prevalezcan la diplomacia y la cooperación, es crucial que los actores globales se preparen para estos escenarios de alto riesgo a fin de mitigar los daños a largo plazo.
Citas:
- https://www.coface.com/news-economy-and-insights/tech-wars-us-china-rivalry-for-electronics-out-to-2035
- https://www.worldscientific.com/doi/10.1142/S237774001950012X
- https://www.csis.org/analysis/analyzing-impact-us-china-trade-war-chinas-energy-transition
- https://www.realinstitutoelcano.org/análisis/la-guerra-tecnológica-estadounidense-china-y-sus-efectos-en-europa/
- https://cscr.pk/explore/themes/defense-security/the-escalating-us-china-tech-war/
- https://www.lawfaremedia.org/article/why-the-united-states-is-losing-the-tech-war-with-china
- https://www.bbc.com/news/articles/c4g2089vznzo